ona más importante que tú, y cuando llegue el que los invitó a los dos, tenga que decirte: 'Déjale el sitio' y así, lleno de vergüenza, tengas que ponerte en el último lugar. Al contrario, cuando te inviten, ve a colocarte en el último sitio, de manera que cuando llegue el que te invitó, te diga: 'Amigo, acércate más', y así quedarás bien delante de todos los invitados. Porque todo el que se eleva será humillado, y el que se humilla será elevado". Lc 14, 1. 7-11
En nuestra relación de novios o en nuestro matrimonio, ¿A quién ponemos en primer lugar? ¿Somos nosotros los que imponemos nuestras opiniones, nuestros gustos, nuestros placeres? ¿Somos los que siempre queremos tener la razón o la última palabra? ¿Somos los que siempre queremos ganar la pelea? No se trata de poner a la otra persona en primer lugar, sino a la relación en su unidad. La relación debe ganar, la relación debe tener la última palabra, la relación debe tener el primer lugar.
Andrés Obregón
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